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Consideraciones de CANLA para LACCW2022

Frente a la urgencia de  tomar acciones sustantivas para hacer frente al cambio climático e impulsar cambios transformacionales a fin de  reducir las pérdidas, daños e impactos asociados al cambio del  clima global, las organizaciones de la sociedad civil miembro de Climate Action Network América Latina presentamos nuestras consideraciones iniciales para que la Semana Climática Regional 2022 se constituya como una instancia efectiva de acción y colaboración para el buen vivir de nuestras sociedades, incluyendo el resguardo de las vidas humanas y no humanas.

1. La LACCW2022 debe promover soluciones y alternativas para el abandono de los combustibles fósiles y la transición a economías post extractivistas en  la región desde un enfoque de justicia, equidad y resiliencia.

La semana  climática  en  2022 ha  establecido  tres  temas  centrales  para  el encuentro en Santo Domingo, entre los  que se incluye: (i) la resiliencia frente a los  riesgos climáticos; (ii) la transición a una economía baja en emisiones; (iii) las alianzas para resolver los  retos más urgentes. Al respecto, es clave que el abordaje de dichos temas tenga como propósito el establecimiento de procesos y mecanismos para descarbonizar el  sector energético y escalar soluciones y esquemas  de   colaboración regional para  la   protección  de   los   ecosistemas

estratégicos y vulnerables al  cambio climático, incluyendo a la  Amazonía, los glaciares, los arrecifes de coral y el Gran Chaco, y las comunidades que dependen de  éstos para su subsistencia. Para ello, será fundamental que la  discusión durante el LACCW2022 considere, al menos, los siguientes elementos:

a.        Esquemas  y   mecanismos  para  frenar  los    “drivers”  que  afectan  la resiliencia  local  incluyendo  el   establecimiento  de   medidas  como  la moratoria a la  extracción de  combustibles fósiles en ecosistemas estratégicos y territorios indígenas, el cese al cambio de  uso de  suelo y la pesca de arrastre en territorios amenazados, frágiles y vulnerabilizados, y la criminalización de la deforestación;

b.        Directrices para la banca de  desarrollo y el uso de  las finanzas públicas a fin de que los  recursos fluyan en favor de una transición energética justa y descentralizada y hacia sectores con baja intensidad carbónica y capacidad de generar empleos. Además, serpa clave promover una discusión regional para avanzar hacia una efectiva integración productiva y comercial en los sectores energético y  agropecuario a fin de  asegurar el  abastecimiento nacional  y  regional,  reducir  las  emisiones  globales  y  consolidar un regionalismo autónomo;

c.        Mecanismos para el  involucramiento y participación efectiva de  actores locales, incluyendo a organizaciones territoriales y de base, en el diseño e implementación de  acciones y medidas tendientes a disminuir la vulnerabilidad y el  fortalecer la  resiliencia frente a las consecuencias y efectos del  cambio climático.

2.  La LACCW2022 debe impulsar y sedimentar un  espacio de  co-gobernanza para aumentar la efectividad, respaldo y pertinencia de las respuestas en favor de la estabilidad climática y una  transición justa en América Latina.

Los  desafíos y expectativas para la Semana Climática 2022 en América Latina y el Caribe son muy elevados, ya  que no sólo se debe atender el aumento de  los GEI, la temperatura media global y los riesgos y consecuencias socioeconómicas del  cambio climático, sino que debe impulsar y asegurar una co-gobernanza en la gestión de las respuestas a fin de que la orientación y enfoque sean pertinentes al sentir social y, por tanto, de efectiva utilidad regional. En ese sentido, es clave reiterar que una participación vinculante no solo es oportuna y deseable sino que es un elemento esencial para la generación de  medidas y acciones adecuadas y otorgar legitimidad y respaldo a los procesos y acciones. Al respecto, resulta relevante tener en cuenta que el Pacto de  Glasgow, recientemente acordado en la  COP26, reconoce  el  papel de  la  sociedad civil, los   pueblos indígenas, las comunidades locales, jóvenes y otras partes interesadas en el cumplimiento de los  objetivos del  Acuerdo de  París y a las Semanas del  Clima como plataformas clave para trazar una respuesta creíble y duradera al cambio climático. Dicho lo anterior, resulta fundamental que la  participación de  la  sociedad  civil esté presente durante todo el proceso, desde el diseño y establecimiento de la agenda en adelante, e  instamos  para  que desde 2023 sea el  camino  a seguir.  En consecuencia, es primordial que el  LACCW 2022 logre establecer, de  manera efectiva y de largo aliento, mecanismos para la participación de la sociedad civil y grupos que se encuentran en la primera línea de las consecuencias del  cambio climático, más  aun considerando que tanto  las Mesas Redondas como las Sesiones Temáticas desarrolladas en 2021  han reconocido la necesidad de  una mayor  inclusividad en  su  desarrollo  y  la   importancia  de   incrementar  la colaboración regional.

3.   La  LACCW2022  debe  transformarse  en   un   espacio  de   coordinación  y rendición de cuentas para catalizar la acción por el clima en América Latina.

Este espacio regional  debe constituirse  como  un  espacio  de   coordinación intersectorial y multiactor para hacerle frente a los  efectos y consecuencias del cambio climático, entendido  como el  resultado de   una propuesta mundial insostenible de desarrollo y la supremacía del  sector económico-financiero por sobre la propia vida. En ese sentido, será clave la promoción de una conversación honesta y transparente en torno a las NDCs  y el  GST  ya  que se requiere una implementación efectiva y eficaz de los compromisos de reducción de emisiones de GEI, más que una mejora nominal de éstos. En consecuencia, es fundamental que el LACCW2022 pueda abrir un espacio para la rendición de cuentas en torno a acuerdo clave en materia de  acción por el clima en la región, entre los  que se incluye:

a.        Resolución 03/2021 de la CIDH/REDESCA sobre emergencia climática: Los países de la región miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA)  se han comprometido a cumplir con una serie de  estándares  y recomendaciones en materia de  derechos humanos y esta resolución es una herramienta clave para su abordaje desde la  perspectiva del  cambio climático. En ese sentido, es prioritario realizar un esfuerzo conjunto para revisar las obligaciones estatales en el marco del sistema interamericano a la  luz  de  la  emergencia climática para que la  implementación,  diseño y ejecución de  las acciones sea efectiva y  tenga el  adecuado enfoque de derechos.

b.        Acuerdo de Escazú: La entrada en vigor del  Acuerdo de  Escazú es un hito en materia de  derechos de  acceso y temas ambientales en la región y, en particular para la protección de los defensores ambientales. En ese sentido,

este Acuerdo se constituye como una herramienta  de  gran alcance para fortalecer la gobernanza climática y asegurar una participación efectiva de las  comunidades  en  la   gestión  del   fenómeno.  En   consecuencia,  es prioritario abrir un espacio para que los países den cuenta de los  avances y acciones emprendidas  para cumplir con el  Acuerdo  y  que se generen discusiones para que los  países ratifiquen el acuerdo a nivel nacional.

c.        Pacto de  Leticia: Este pacto subregional, firmado por siete países que comparten el bioma Amazónico, es fundamental para proteger el bosque tropical más grande del mundo, que no sólo es un ecosistema estratégico a nivel regional, sino que un activo fundamental  para la  mitigación del cambio climático a nivel global. En  ese contexto, es esencial generar un espacio para la rendición de  cuentas en torno a las acciones emprendidas en los  países signatarios del  pacto para frenar la deforestación y, a su vez, espacios de colaboración regional.

4. La  LACCW2022  debe promover espacios  formales de  intercambio entre gobiernos y sociedad civil en torno a temas clave de la negociación en el marco de la UNFCCC.

Año  tras año, los  resultados de  las COPs son insuficientes y limitados frente al desafío que tenemos en la mesa; las emisiones de GEI deben reducirse en un 45% en 8 años para evitar el colapso de los  ecosistemas y limitar las pérdidas y daños que ya  perciben las comunidades y  pueblos. En  ese sentido, resulta de  vital importancia utilizar la  LACCW2022 para establecer procesos de  intercambio entre los   gobiernos y  sociedad civil para  acercar  e  intercambiar visiones, posiciones y soluciones en torno a temas clave de la negociación en el marco de la UNFCCC, incluidos:

a.          Pérdidas y Daños (P&D):  Las discusiones al respecto son fundamentales para la  región, en tanto,  cientos de   comunidades y  pueblos deberán asumir impactos irreversibles e irresolubles del  cambio climático. En ese sentido, los  países de  la region deben avanzar hacia una postura común, en base a la solidaridad y desde un enfoque de reparación y no de caridad

.En  ese sentido, la  LACCW2022 debe permitir el  reconocimiento de  la relevancia de este tema para la región e impulsar una visión conjunta, que considere al  menos: a) un ítem de  agenda específico sobre P&D  en la COP27; b) un proceso para establecer un brazo financiero específico para P&D  y, c) la   reclamación de   financiamiento  nuevo y  adicional para reparaciones en países y grupos vulnerables y vulnerabilizados frente a las consecuencias del cambio climático y que no se limite a la gestión de ayuda humanitaria.

b.        Mitigación: La reducción de los  GEI es un elemento central en la discusión en materia  climática y  es  clave una  implementación  efectiva de   los compromisos de  reducción, en ese sentido los  países de  la  región deben impulsar un proceso robusto y profundo en el marco del  Balance Mundial (GTS), y en particular fortalecer el diálogo técnico establecido para medir los   avances en  la   materia durante  la   COP28,  teniendo  en  cuenta  el presupuesto de  carbono mundial y las responsabilidades comunes pero diferenciadas. Asimismo, los  países deben mejorar y actualizar sus compromisos de  mitigación de  GEI establecidos en sus NDCs  antes de  la COP27  y en sintonía con una trayectoria de emisiones del  1,5ºC.

c.        Acción por  el  Empoderamiento Climático (ACE):  El nuevo programa de trabajo resultante de la COP26 ha dejado numerosos vacíos – por ejemplo en materia de  financiamiento, DDHH, monitoreo y reporte – y ha abierto oportunidades  que  son  clave de   impulsar  y  expandir,  entre  ellas la

inclusión de metas anuales, la incorporación de las juventudes, entre otras. En ese contexto, es clave el establecimiento de una discusión regional para que  las  realidades  que  afectan  a  jóvenes,  mujeres  y   comunidades vulnerables sean incorporadas y  elementales en el  proceso y  que los derechos  humanos,  de   género  y   la  equidad  intergeneracional  sean centrales en la discusión.

d.        Mercados de Carbono: El recientemente acordado artículo 6 del  Acuerdo de   París  ofrece opciones para  la   reducción  de   las emisiones  a nivel nacional, pero aún hay diversas interrogantes sobre la efectividad global. En  ese contexto, los  países de  la  región deben fortalecer posturas para promover enfoques renovados y  adicionales, más allá del   mercado de carbono, para dirigir apoyo y soporte internacional a acciones integrales de  mitigación en ecosistemas estratégicos como bosques tropicales, manglares o ecosistemas de alta montaña. En ese contexto, la Alianzas de Ambición Climática Conjunta, bi- o multilaterales (en el marco del artículo

6.8 AP)  son propuestas  que deben considerarse  a nivel regional y  el

LACCW2022 puede ser un espacio clave para ello.

e.        Transparencia:  El  Marco de   Transparencia y  reporte de   las acciones emprendidas es un elemento fundamental para fortalecer la  confianza y relevancia del  multilateralismo, y  en particular, de  la  UNFCCC.  En  ese sentido,  es clave que los   países de  la  región fortalezcan su estrategia diplomática para que decisiones clave que se tomarán en la COP27, en especial las nuevas metas de financiamiento, los  mecanismos de mercado y  no mercado y  el  balance mundial, tengan  claros mecanismos para asegurar la rendición de cuentas y posibles veedurías.

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