Por Bernis Cunningham- Foro Centroamérica Vulnerable
El 25 de marzo de 2023, la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), publicó el reporte; “Informe de síntesis inicial sobre los mecanismos de financiación existentes y las fuentes innovadoras pertinentes para hacer frente a las pérdidas y daños asociados a los efectos adversos del cambio climático”
América Latina y el Caribe es especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático debido a su situación geográfica y climática, su condición socioeconómica y demográfica y la alta sensibilidad al clima de sus activos naturales, como los bosques y la biodiversidad. Según estimaciones realizadas, con un alto nivel de incertidumbre porque incluyen solo algunos sectores y no incorporan todos los efectos potenciales o los procesos de retroalimentación o de adaptación, los costos económicos del cambio climático en América Latina y el Caribe a 2050 se sitúan entre el 1,5% y el 5% del PIB regional. Conviene destacar que esos impactos no son lineales y se presentan de forma heterogénea en las distintas regiones y períodos, teniendo incluso efectos positivos en algunos casos. (CEPAL, 2015)
El reporte constituye una revisión preliminar de fuentes y mecanismos de financiamiento que podrían dirigirse a atender los costos de las pérdidas y los daños. La multiplicidad de mecanismos financieros están relacionados a subvenciones, seguros, préstamos, préstamos concesionales, financiamiento público y privado. Este reporte, incluye al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial como mecanismos de financiamiento para pérdidas y daños.
Es importante señalar que desde Climate Action Network nos oponemos a que las pérdidas y los daños se financien mediante préstamos. La posibilidad de financiar pérdidas y daños por medio de préstamos aumenta la deuda pública, disminuye la capacidad de inversión en derechos sociales como la salud, la educación y la protección al ambiente.
Desde distintos grupos de la sociedad civil, tenemos elementos probatorios de los efectos negativos de intervenciones de instituciones financieras multilaterales en América Latina, disminuyendo la calidad de vida de los ciudadanos, dañando al ambiente con proyectos extractivistas,, debilitando a las instituciones democráticas por medio del poder de la deuda y mediante violaciones a los derechos humanos derivados de megaproyectos que envuelven financiamiento multilateral.
El último reporte de la CMNUCC da señales que existen intenciones de brindar un rol relevante al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial en el financiamiento de pérdidas y daños para los países que consideren solicitar compensaciones por efectos causados por el cambio climático.
Financiar con deuda pública las pérdidas y los daños relacionados a los eventos hidrometeorológicos extremos sería revictimizar a las personas más vulnerables, mujeres, indígenas, minorías étnicas, campesinos y niños de nuestra sociedad, hipotecando a las futuras generaciones con préstamos impagables.
Incluso, el FMI reconoce que los países más vulnerables al cambio climático —y a la pérdida asociada de biodiversidad natural— suelen ser los que menos pueden permitirse invertir en fortalecer la resiliencia, porque sus presupuestos están presionados por la deuda. Estos países afrontan un riesgo elevado de crisis fiscal (FMI, 2022).
La administración del presidente Gustavo Petro en Colombia, propuso en la COP 27, el canje de deuda por acción climática, un asunto todavía abstracto, que las partes están terminando de “inventar”. La sociedad civil debe seguir de cerca la letra pequeña de los mecanismos de mercado, especialmente financieros. La experiencia en bonos de carbono , RED +, y el artículo 6 del Acuerdo de París, nos indica que estos mecanismos casi nunca toman en cuenta los intereses de las comunidades vulnerables. La historia de las negociaciones internacionales es experiencia válida para entender los procesos, sus resultados y sus intenciones, los actores siguen siendo los mismos y operan bajo la misma lógica histórica de su doctrina diplomática.
La discusión de la deuda pública, las condiciones de contratación, el interés, los actores involucrados, la venta y renegociación de la deuda pública, los bonos, proyectos y beneficiarios finales son un discusión medular de la estructura de gobernanza en América Latina, incluir o cambiar deuda por acción climática puede tener distintos resultados sin importar las intenciones de los actores que promueven estas iniciativas. En definitiva, es una propuesta interesante si con ella podemos disminuir gradualmente la deuda externa de América Latina y aumentar la inversión climática en la región, esto sería un resultado en un mundo ideal; sin embargo, en el mundo real debemos seguir de cerca estas negociaciones para no terminar con acuerdos que no tomen en cuenta los intereses de las comunidades vulnerables, la protección de la biodiversidad y del clima.
El reporte de la CMNUCC, del 25 de marzo sobre financiamiento en pérdidas y daños, señala en su inciso 4.4 ‘La segunda forma en que se clasifican los acuerdos de financiación existentes y las fuentes innovadoras es la forma en que prestan apoyo, es decir, el tipo de instrumentos de financiación y las modalidades a través de las cuales cada uno de ellos proporciona financiación. Los diferentes tipos de instrumentos y modalidades de financiación que han apoyado las acciones pertinentes para hacer frente a las pérdidas y los daños incluyen subvenciones, instrumentos de deuda como préstamos en condiciones concesionarias, préstamos a tipo de mercado, bonos o el llamado «frontloading», inversiones de capital y fondos especializados en medio ambiente, sociales y gobernanza (ESG), seguros, garantías y otros. Otros instrumentos de financiación que se han utilizado o podrían utilizarse son los préstamos para políticas de desarrollo (concesionales o no concesionales) vinculados a políticas o instituciones o creación de capacidad, desencadenantes relacionados con la adaptación y la resiliencia, pagos basados en resultados de objetivos cuantitativos o cualitativos relacionados con el clima y cláusulas de deuda resilientes al clima. Además, hay ejemplos de impuestos internacionales voluntarios que se han utilizado para promover la cooperación y la solidaridad global para abordar los desafíos globales, y que algunos consideran replicables en este espacio, por ejemplo, el recargo por boleto aéreo, también conocido como un impuesto de solidaridad internacional, que financia la organización mundial de salud UNITAID’.
Debemos aumentar el nivel de incidencia de la sociedad civil en la letra pequeña de las negociaciones climáticas, en este reporte podemos encontrar señales inequívocas de que el proceso actual de negociaciones de la CMNUCC relativo a financiamiento de pérdidas y daños excluye los intereses de los pueblos vulnerables de la tierra. Desde la sociedad civil, debemos redoblar esfuerzos enfocados en fiscalizar de forma permanente los documentos y procesos multilaterales que deciden las líneas estructurales del financiamiento climático a nivel global.
Referencias
- Marcos Chamon, Erik Klok, Vimal Thakoor, and Jeromin Zettelmeyer, (2022), Debt-for-Climate Swaps: Analysis, Design, and Implementation, International Monetary Fund (IMF)
- Luis Miguel Galindo, José Luis Samaniego, y otros, (2015) La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe Paradojas y desafíos del desarrollo sostenible, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
- Guillermo Cabanellas De Torres, (2009), Diccionario Jurídico Elemental.
- initial synthesis report on the existing funding arrangements and innovative sources relevant to addressing loss and damage associated with the adverse effects of climate change (2023) United Nation Framework on Climate Change (UNFCCC)